30 ml. de aceite de oliva extra virgen (2 cucharadas)
60 g. de mantequilla
1 diente de ajo
2 litros de caldo de carne
12 rebanadas de pan del tipo baguette
3 cucharadas de harina de trigo
1 cucharadita de azúcar
Biosal Plus a gusto
Pimienta negra recién molida (a gusto)
20 ml de brandy o coñac
100 g de queso rallado suave (tipo Gruyère)
Preparación
Para esta sopa debemos usar cebollas dulces, se encuentran en cualquier supermercado. Pelamos y cortamos las cebollas en juliana (a lo largo y en finísimas rodajas) y las dejamos reposar en un bol.
En una olla grande, calentamos el aceite de oliva y añadimos la mantequilla, que es la verdadera base de esta sopa francesa.
Cuando se haya derretido y mezclado con el aceite de oliva introducimos las cebollas y el ajo picado fino. Añadimos también un poco de Biosal Plus a gusto y pimienta negra. El efecto salado nos ayudará a que las cebollas suden y que se ablanden antes.
Revolvemos con una cuchara de madera de manera envolvente hasta que la cebolla quede transparente o translúcida, no debe quemarse.
Este proceso es lento porque queremos tener la cebolla blandita sin que se queme. Con fuego muy suave tardaremos unos 20-25 minutos.
Espolvoreamos la harina en la olla y revolvemos con cuidado para mezclarla bien. El efecto de la harina con la cebolla y sobre todo la mantequilla se llama Roux y nos ayudará a espesar la sopa.
Añadimos el brandy ó coñac y dejamos 1-2 minutos que se evapore.
Agregamos el caldo de carne dejamos 15-20 minutos a fuego muy suave.
Cortamos en rebanadas finas el pan, lo untamos con ajo por encima y tostamos ligeramente, luego lo espolvoreamos con el queso suave que más nos guste y los metemos al horno precalentado a 200º. Gratinamos durante 5-6 minutos y servimos inmediatamente bien caliente sobre nuestra sopa.